La espiral divina
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La espiral constituye el código universal para la vida en todas las culturas y en todos los tiempos. La proporción Áurea, el número dorado, la espiral de Fibonacci, el número PI, la proporción divina, son nombres distintos para hablar del mismo concepto; la espiral divina.
Hace 2.400 años en la antigua Grecia, Platón ya decía que había una llave de oro que unificaba todos los misterios del universo; la espiral. Esa proporción geométrica que sirve de unión entre el macrocosmos y el microcosmos. La espiral divina es la fuente del logos, el OM primordial, la mente de Dios.
Las tradiciones primitivas ya consideraban la espiral como la fuente de energía, la madre primordial. Nos estamos remontando a épocas en las que el ser humano estaba más conectado con la madre naturaleza y los ciclos naturales, y se identificaban menos con los pensamientos. Hoy en día, nos creemos que estamos muy conectados por las nuevas tecnologías y sin embargo, vivimos desconectados de nosotros mismos y nuestra esencia.
“Lo más bello que podemos experimentar es lo misterioso” Einstein
LA ESPIRAL ESTÁ EN TODO
Todo en el universo es energía, vibración en distintas frecuencias. La tierra nació a partir del movimiento en espiral y desde ese momento la espiral forma parte de todo lo que nos rodea.
La simetría divina es uno de los misterios más grande de la existencia. Con nuestro sentidos limitados solo vemos la manifestación externa de la mecánica oculta de toda esta simetría divina.
El universo es como un cerebro gigante, constantemente utilizando la energía oscura que solo ahora la ciencia comienza a entender.
La espiral refleja el macrocosmos girando y se proyecta en nuestro mundo en distintos elementos y diversos niveles.
La proporción áurea y Fibonacci se repiten incansablemente en este planeta y en todo el universo. Esta es una prueba irrefutable de que todo en la naturaleza se rige por unas normas matemáticas estructuradas. Esta es la grandiosidad de toda la creación y su geometría sagrada.
Esta Proporción áurea o número áureo son la proporción divina, el secreto más grande de naturaleza. La sección áurea es matemática y aparece una y otra vez, como la secuencia Fibonacci, cada número es la suma de los dos anteriores.
La espiral la encontramos en la naturaleza, pero también en la ciencia (el propio movimiento de estrellas, la forma de las galaxias y el remolino de la vía láctea, la rotación del universo, etc.).
Si nunca te has parado a pensar en la cantidad de sitios donde aparece esta espiral divina, te voy a nombrar algunos, pero seguro que a partir de ahora los encontrarás en más sitios si sigues atento/a.
En la naturaleza lo encontramos en; las conchas de mar, la piña, el romanesco, los minerales, la cola del caballito de mar, algunos hongos como el morel, la flor de girasol, el panel de abejas, el crecimiento de las plantas, el movimiento de las aves rapaces para acechar a sus presas, la tela de araña, la concha del caracol, los cuernos de las cabras y también en eventos meteorológicos como los huracanes, los torbellinos o los remolinos.
En el ser humano: los propios embriones, el oído interno, la glándula pineal, la huella dactilar, el cerebro humano, la triple hélice en el cordón umbilical, el patrón celular y la doble hélice del ADN, la serpiente kundalini y los Nadis o chakras.
PROPORCIONES DIVINAS Y ESPIRALES EN GEOMETRÍA SAGRADA
En matemáticas, la espiral logarítmica crece de manera terminal sin modificar la figura total. Se mantiene la forma a pesar de crecer de modo asimétrico.
Todo científico que observa el universo y todo místico que observa su interior se encuentran con lo mismo, la espiral primordial, la forma helicoidal. Pitágoras, Kepler, Leonardo Da Vinci, Tesla, Einstein, entre muchos otros han nombrado y estudiado estos misterios alrededor de la espiral.
Estos patrones también se usan en arquitectura tanto como en elementos decorativos y simbólicos, como para la creación de estructuras sólidas. Por poner algunos ejemplos, en el Vaticano se encuentra en la escalera de caracol, pero también lo puedes observar en los báculos pastorales, en Egipto encontramos la espiral en numerosas ocasiones como el ojo de Horus y la cultura celta, el Triskel, la triple espiral representa al universo y también en masonería se ha utilizado como símbolo en muchos recursos.
SÍMBOLOS DE LA ESPIRAL
La espiral se lleva utilizando como símbolo universal desde tiempos remotos en todas las civilizaciones. La espiral simboliza el crecimiento, la evolución, el desarrollo y la expansión, pero también la fecundidad, el vientre, el nacimiento, la diosa y la energía vital, así como la transformación.
También simboliza el viaje del alma después de la muerte, el camino que se recorre desde la tierra al cielo y viceversa; la vida eterna y por tanto, las reencarnaciones. La espiral divina representa el viaje iniciático como un camino en espiral desde lo exterior al interior.
El símbolo del ying yang en el taoísmo representa la penetración de las fuerzas en espiral de la naturaleza. Es los dos sentidos de la dualidad del universo, que no constituyen dos cosas separadas sino un todo. Representa la involución y la evolución a escala cósmica.
Prácticas espirituales para acercarnos a la espiral divina
La espiral es el arquetipo de nuestra psique más profunda. Cuando meditamos o visualizamos nos podemos imaginar como baja una forma espiro-helicoidal desde el cosmos. Esta energía universal va atravesando distintos planos y se va transmutando a medida que baja en energía más densa, hasta convertirse en materia.
Si se realiza el movimiento en sentido inverso, esto representa la evolución espiritual. Un muelle que asciende como símbolo de nuestro proceso evolutivo humano.
Este vórtice en espiral regula por tanto, no solo la vida a nivel de las galaxias y también subatómico, sino también nuestra consciencia.
Este patrón universal refleja, como ya he dicho, la evolución, y se puede utilizar como talismán para ayudar a poner consciencia y aceptar los giros de la vida. Puedes utilizar la semilla como un recordatorio de la total aceptación del cambio.
También puedes dibujar o pintar espirales para estimular estados de sintonía espiritual.
Siempre hemos estado unidos, el pensamiento es el que nos ha creado la ilusión de que estamos separados. Nuestra experiencia de limitación se produce si nos alineamos con el pensamiento, lo que nos aleja de la fuente. La práctica de la meditación silencia el bullicio mental para acercarnos a nuestra esencia divina, la espiral divina.
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