La consciencia, qué es y dónde reside
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La consciencia y la conciencia no son lo mismo y sin embargo, son términos que confundimos a la hora de emplearlos. En inglés se distinguen claramente entre “consciousness”. y “awareness”.
Diferencias entre consciencia y conciencia
La conciencia está relacionada con el valor moral y ético que tienen los actos que llevamos a cabo. Aquello que distinguimos entre obrar bien u obrar mal. Ambas consciencia y conciencia se puedan dar simultáneamente.
Por otro lado, La consciencia hace referencia al hecho de vivir presente, consciente de los actos, pensamientos y emociones que se mantienen durante el día. Se trata de volverse un observador de la realidad y desindentificarse con la mente y los distintos roles que adopta el ego para sobrevivir.
La consciencia se relaciona con la atención plena, algo que cada día se escucha más gracias al mindfulness. Se trata de vivir despierto y no siguiendo en automático con la programación adquirida por uno mismo o heredada.
La actitud meditativa es la que permite a la consciencia hacer acto de presencia, al observar todo a tu alrededor desde una mirada limpia, cuestionando los pensamientos y emociones que surgen sin dejarse llevar por ellos.
La consciencia es el arte de vivir presente, en el aquí y ahora sin volver la mirada con nostalgia al pasado o lleno de miedo y preocupaciones por un futuro incierto.
Cuando uno se vuelve consciente tiene la opción de elegir cómo responder ante las circunstancias en lugar de reaccionar basándose en datos acumulados en la mente subconsciente.
La consciencia nos permite modificar aspectos de nuestra vida
Las emociones son el producto final de las experiencias del pasado. Tus pensamientos y emociones crean tu estado de ánimo, pero tú tienes la capacidad de elección, y por tanto, de escoger la actitud interna que adoptas ante los factores externos a tu alrededor.
El pasado conocido crea un futuro predecible, y no algo nuevo, ya que la mente subconsciente se basa en todo los datos recogidos y almacenados como información para transitar este mundo en base a todos estos recuerdos. Si sigues basándote en el pasado y esta gigante base de datos, seguirás creando la misma vida sin cambios. Una vida rutinaria con las mismas emociones y los mismos hábitos te conduce a la perdida del libre albedrío al repetir los mismos programas. Por eso, se dice que estamos programados.
A pesar de que la consciencia es una cualidad innata a todo ser humano, cada uno tiene su periodo de tiempo hasta reconocerla y ser conscientes de su existencia. De esta manera, se deja atrás el rol de víctima o de puro espectador y por tanto, se pasa a protagonizar el rol de nuestra película cuando tomamos consciencia de quiénes somos realmente. A partir de ese momento nos volvemos responsables y dejamos de culpar a los demás o las circunstancias de lo que nos pasa.
Al volverte consciente de tus pensamientos, puedes razonar y permanecer atento a tu conducta para no caer en viejos hábitos y formas de pensar que no favorecen tu evolución.
Dónde reside la Consciencia
Como seres multidimensionales que somos, la consciencia no reside en la dimensión física. Uno de los investigadores del cerebro, Henry Markram, nos habla de grupos de neuronas creando formas geométricas distintas de alta dimensión. En Suiza se está trabajando en la reconstrucción de un cerebro humano basado en un super computador. El cerebro sigue siendo un gran misterio para la ciencia por su gran complejidad, de igual manera que lo es a nivel macro, el propio cosmos.
Se habla de un cerebro que no procesa información de una manera independiente, sino que actúa como una parte central de nuestro sistema nervioso integral que intercambia información de manera recurrente entre el organismo y el propio universo.
Otro investigador holandés, Dirk Klaas Fokke Meijer, sostiene la hipótesis de que la consciencia reside en un campo que rodea el cerebro en una dimensión diferente, donde visualiza al cuerpo humano como un conducto de retroalimentación con la consciencia universal. La humanidad tiene una conexión con el cosmos.
Culturas ancestrales ya entendían estos conceptos antes de que la ciencia fuera capaz de darle una explicación. Ciencia y espiritualidad cada día se acercan más, no están reñidas, sino que se complementan. Son caras de una misma moneda y es precisamente esto, lo que intento transmitir a través de mis artículos.
Conectar con la consciencia universal
En el universo toda la creación se basa en distintos tipos de vibración, donde el aspecto más denso es la materia, que es pura apariencia, hacia planos más sutiles. Lo primero que nos encontramos es la parte física, a continuación las emociones relacionadas con la bioenergía, después la parte mental, más elevada se encuentra la intuición y, finalmente en los planos superiores la propia consciencia. Todo esto forma una unidad y nuestra principal misión es conseguir la integración de todos ellos.
En definitiva, podemos decir que Dios, con todos sus nombres, es el Todo, la realidad. Cada consciencia y ser individual se conecta a su vez con la consciencia universal. La glándula pineal establece la conexión del individuo físico con todos los biorritmos de la naturaleza, así como la consciencia del ser con la consciencia cósmica.