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La Glándula Pineal

La glándula pineal

Uno de los grandes misterios para el ser humano es la glándula pineal, ese tercer ojo para muchas tradiciones orientales y con una extraña relación con los procesos de la muerte y nuevas encarnaciones.

Desde tiempos remotos la glándula pineal ha sido objeto de estudio y venerada por muchos como la puerta a planos espirituales más sutiles.

La glándula pineal se activa por el movimiento despertando la energía kundalini a lo largo de nuestra columna, la cual permite las expansión de la consciencia. Esta glándula tiene las mismas células que en los ojos, bastoncitos y conos para la percepción de la luz. De ahí que se la considere como el tercer ojo primitivo, ya que es muy sensible a la luz o la oscuridad e incluso, algunos reptiles y peces aun conservan este ojo como un fotorreceptor.

Los fuegos siempre están jugando alrededor de la glándula pineal pero cuando el kundalini los ilumina, por un breve momento el universo entero se hace visible. Madam Blavatsky

La glándula pineal en la historia

A pesar de que este órgano endocrino se conoce desde hace dos mil años sigue siendo un enigma para la ciencia. Ya en el siglo III antes de Cristo, Herófilo de Alejandría lo vincula con el control del flujo del pensamiento. Más tarde, Galeno en el siglo II después de cristo la describiría como una piña, de hecho su nombre deriva del latín “pinealis”.  En Grecia se usaba el báculo con un cono adherido (algo que se ha continuado por la iglesia católica).

En Egipto se han podido ver papiros con personas fallecidas con un cono pegado a la coronilla y también se representa por el ojo de Horus, el que ve más allá. En la literatura india antigua se la cita como un regulador para la clarividencia y la meditación.

En 1662 Rene Descartes deja plasmado en su libro que es aquí donde reside el alma, lo llama “el asiento del alma”. Según él, todos los estímulos percibidos por los sentidos van al cerebro y de ahí directamente a la glándula pineal como puente de unión entre cuerpo y alma.

La enigmática glándula pineal

Sin embargo, a pesar de que tantos la han estudiado y analizado, aun no se ha conseguido resolver el problema de su naturaleza exacta y el funcionamiento de sus componentes.  Esclarecer el mecanismo de las relaciones neuroendocrinas podría suponer un avance muy importante para el ser humano. Ciertos estudios de la neurociencia actual señalan que ciertas capacidades extrasensoriales podrían venir de esta glándula.

Esta glándula, también denominada epífisis, se sitúa en el cerebro con forma cónica y se encarga de transmitir señales al cerebro y otros órganos a través de los neurotransmisores, es decir, hormonas especiales para que nuestro sistema nervioso funcione correctamente. Segrega, por ejemplo, acetilcolina que nos ayuda a tener buena memoria, la serotonina que hace posibles las funciones intelectivas del ser humano y la melatonina que regula entre otras funciones la actividad sexual y el sueño. La secreción de hormonas es medida por la luz expuesta, por ejemplo, la serotonina se incrementa por la luz y la melatonina gracias a la oscuridad.

Conexión con el más allá gracias a la glándula pineal

Además, segrega de manera natural DMT, una sustancia psicodélica que también se puede encontrar en otras especies. El DMT nos permite tener estados de consciencia alterados.

El doctor Roger Strassman cree que esta sustancia se podría relacionar con el componente visual de los sueños y visiones en personas que han experimentado vivencias cercanas a la muerte.

Rick Strassman sostiene que el alma entra en el cuerpo a través de la glándula pineal. Este órgano parece que capta los campos magnéticos y transforma las ondas electromagnéticas en estímulos químicos neuronales según varios estudios.

Un dato curioso es que la glándula pineal se hace visible en el feto humano a los 49 días (cuando se conoce el sexo del feto), que es exactamente la misma cantidad de días que se menciona en el Libro Tibetano de los Muertos para que un alma vuelva a reencarnar. Estas coincidencias han llevado a Strassman a afirmar que el alma encarna en el cuerpo a las séptima semana de embarazo!

Según Strassman, a los 49 días después de la muerte todas las experiencias acumuladas por un ser humano se procesan y se asimilan para la siguiente vida por resonancia. El cuerpo es capaz de recibir todo este material psíquico cuando sintetiza el DMT, “cuando la glándula pineal puede actuar como una antena del alma”.

De la misma manera, en el budismo tibetano se nombran los 49 días de luto cuando el cuerpo se va, ya que creen que durante ese periodo el alma vaga por el mundo intermedio, lo que llaman “bardo” hasta su liberación. Para ellos, la reencarnación es como una transmigración del componente psíquico hasta cumplir con los karmas, es decir, la continuidad de la mente en otros planos.

Vemos más textos donde el número 49, 7 x7, tiene más significados. Por ejemplo, la fiesta judía de Shavout se celebra 49 días después de la fiesta de Pésai. También se celebra la entrega de la Torá de Dios a Moisés en el monte Sinaí cuando acaba la esclavitud, Pentecostés. Según la religión judía, esos 49 días son como una puerta hacia el conocimiento, hacia lo divino.

Activación de la glándula pineal

Esta glándula se ha calcificado por diversas razones, entre otras la alimentación, la contaminación ambiental o productos químicos como la pasta de dientes. Por todo ello, hemos perdido la visión interior, la capacidad de percibir y entender de una manera más profunda.

Nuestro áurea, regida por la glándula pineal, no perceptible por nuestros sentidos limitados, pero sí por máquinas como la Kirlean, se ve afectada por campos electromagnéticos externos. Sufrimos diversos ataques diariamente. De ahí, la importancia de su perfecta activación para recibir el electromagnetismo de la tierra y potenciar nuestro propio campo que nos protege de agentes externos.

También ayuda tener siempre una buena disposición con emociones amorosas, como alegría, bondad y compasión. Mientras que las energías bajas como el enfado, la frustración o la tristeza hacen que se desactive y nuestro sistema inmunológico se vea afectado hasta llegar a causar enfermedades.

La meditación nos ayuda a activar el ojo de la mente, este ojo interior para despertar el maestro interno de cada uno de nosotros, concentrando la atención en un objeto o la propia respiración, podemos notar como en el entrecejo se produce una sensación no dolorosa que nos indicará que se está activando.

Sin embargo, debemos tener cuidado con el tipo de meditación, ya que tenemos un triángulo en el cerebro con las glándulas pituitaria, hipotálamo y glándula pineal. Por lo tanto, se debe activar las tres en equilibrio para no descompensar las funciones internas cerebrales. Esto sería similar a la activación de los chakras, los cuales deben estar todos equilibrados y conectados para que fluya la energía.

Se cree que Dios creó al hombre a imagen y semejanza y necesitaba un lugar donde almacenar toda la sabiduría universal, las experiencias y la forma para conectar con el creador, y es en esta glándula pineal donde lo hizo.

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