Cómo se moldea el cerebro y la parte subconsciente
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Para saber de donde provienen tus patrones de conducta, debes entender cómo se desarrolla el cerebro de un ser humano. La infancia es la etapa de la vida más crucial. Es incluso antes de nacer y durante los primeros años de tu vida, cuando se acumula la mayor cantidad de información que condicionará tus pensamientos, tus creencias y tus opiniones.
Durante el embarazo
Hay estudios que corroboran que antes de nacer, nuestro cerebro también se ve afectado por el ambiente de la madre. Hasta un 50% del desarrollo del cerebro del feto, depende de las sensaciones y emociones que le transmite la madre. Si el embarazo se desarrolla feliz y en paz, en un ambiente nutritivo, el bebé tendrá una mayor capacidad para el aprendizaje y por ende, será más inteligente. Mientras que si por el contrario, la madre se encuentra nerviosa, triste o estresada dentro de un ambiente tóxico, a este bebé le costará más trabajo aprender y por tanto, será menos inteligente.
A continuación, viene otro momento decisivo. Después del parto, los primeros mil minutos son esenciales en la vida de un ser humano. En esas primeras horas, el recién nacido decide, dependiendo de los estímulos a su alrededor, si el mundo es un lugar seguro o no.
En el caso que lo sienta como un lugar seguro, le permitirá un desarrollo adecuado de su cerebro. Mientras que si lo percibe como un lugar inseguro, mostrará las primeras muestras de estrés. Este estrés se acumulará en su amígdala y desencadenará una posible agresividad. Se cree que es fundamental que la madre se mantenga con el bebé nada más nacer, para que sienta el calor y la sensación de protección. Es entonces cuando se consigue que los circuitos neuronales se conecten correctamente.
De cero a siete años
En la edad de cero a siete años, el cerebro es más plástico y se va moldeando paulatinamente. Toma como referencia en primer lugar a los padres, y en segundo lugar, a todas las figuras influyentes de su entorno. En estos primeros años, el principal objetivo de la existencia es la supervivencia.
Desde que nacemos hasta los dos años, somos como esponjas que absorben toda la información que les llega. Somos seres permeables y vulnerables, y por lo tanto, todo lo que sucede durante esta etapa nos afecta. Siendo tan sugestionables, es en este momento de nuestras vidas, cuando se forma el sistema de creencias que se mantendrá de por vida. Este sistema queda grabado en nuestro subconsciente y controla nuestras reacciones y pensamientos.
Lo integramos todo como la verdad absoluta
A partir de los dos años hasta los siete, integramos absolutamente todo lo que nos digan, tanto padres, familiares, educadores, amigos y cualquier influencia del entorno. Por tanto, esta nueva información se recogerá en nuestra base de datos interna como la verdad absoluta. Por ejemplo, si vemos a nuestra madre reaccionar con miedo ante la visión de una araña, nosotros interpretaremos que debemos tenerle miedo también y reproduciremos la escena de adultos.
Pongo otro ejemplo práctico. Seguramente te has dado cuenta de que los niños reaccionan de manera distinta ante una caída, dependiendo de cómo los padres respondan ante el suceso. Si una madre viene corriendo asustada hacia el pequeño con la cara desencajada, lo más seguro es que la reacción del niño sea de miedo y rompa a llorar. El pequeño pensará que lo que le ha pasado es muy grave. Sin embargo, si esa misma madre mantiene la calma, se acerca y le dice que solo es un pequeño golpe, la reacción será distinta. El niño escuchará las palabras del progenitor y sentirá que todo va bien y no hay necesidad de alarmarse.
Personas responsables
La responsabilidad como padre, educador o persona influyente en la vida de un niño pequeños es gigantesco. Se puede actuar como un verdadero ingeniero genético. Así de influyentes somos cada uno de nosotros en la vida de los niños, y así de frágiles y condicionados nos encontrábamos en nuestra edad más temprana.
En nuestros primeros años de vida, miramos todo a nuestro alrededor con curiosidad y almacenamos toda la información en nuestra memoria subconsciente. Las rutas sinápticas establecidas en nuestro cerebro, condicionan nuestra vida y controlan nuestra biología por el resto de nuestras vidas si no hacemos nada al respecto.
Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro. Ramón y Cajal
Ondas electroencefalográficas del cerebro según la edad
Según los estudios neurocientíficos, el sistema nervioso del feto y del bebé, muestra un gran abanico de habilidades sensoriales y de aprendizaje, y una clase de memoria que llaman «memoria implícita».
Veamos a continuación como funciona la actividad electroencefalográfica en las distintas etapas de la vida, para corroborar lo mencionado hasta ahora. En cada fase, una onda cerebral en particular predomina:
Ondas delta: son las que predominan en la edad de 0 a 2 años.Las frecuencias electroencefalográficas son más bajas, siendo de 0.5 a 4 Hz ciclos por segundo o hercios. En esta fase el cerebro está en proceso de regeneración y en un estado de sueño profundo reparador.
Ondas theta: son las predominantes de 2 a 7 años. La frecuencia electroencefalográfica es de 4 a 7.5 Hz. Este estado es el que se alcanza cuando un adulto está en una meditación profunda. Esta frecuencia pertenece al reino de la mente subconsciente y son las primeras etapas del sueño.
Ondas alfa: la frecuencia electroencefalográfica es de 7.5 a 14 Hz. Se entra en este estado cuando estamos relajados, realizando una meditación ligera o estamos adormilados. A partir de 7.5 Hz entramos en la parte subconsciente.
Ondas beta: la frecuencia electroencefalográfica es de 14 a 30 Hz. Con estas ondas cerebrales nos encontramos en estado de vigilia y atención plena, podemos realizar cálculos matemáticos o soluciones problemas. Estando en esta fase no es posible reprogramar nuestra mente, actuamos con el piloto automático encendido.
Quisiera señalar que los hipnoterapeutas para poder sugestionar a la persona, precisamente lo que hacen es reducir su actividad cerebral hasta las ondas delta y theta. Y cómo hemos visto, son las frecuencias más bajas presentes entre cero y siete años.
Padres, ingenieros genéticos
Después de lo expuesto hasta ahora, se puede entender que los padres ejercen una gran influencia en los hijos durante las etapas de desarrollo del cerebro. Los bebés son criaturas complejas con una inmensa capacidad de absorción de pensamientos y conductas. Si eres padre debes ser conscientes de tu responsabilidad en la vida de un nuevo ser, desde su concepción, nacimiento y especialmente, los primeros años. Tus patrones determinarán su inteligencia, su comportamiento y su forma de relacionarse.
Como ves, hay muchos factores que afectan y condicionan al ser humano antes de llegar a la edad adulta. En general, está fuera de tu alcance. Pero ojo, no quiero decir con esta información que caigas en el victimismo y acuses a tus progenitores o las situaciones del pasado por lo que eres hoy. Ahora ya eres un adulto consciente de todo esto y debes tomar responsabilidad. Una vez que tienes la información en tus manos, tienes el poder de cambiarlo.